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jueves, 20 de septiembre de 2012

LA CAMPANA DE ORO


LA CAMPANA DE ORO
Relato: Guadalupe Villegas Aquino
Por el año 1945, los hacendados De la Piedra inician la expansión de las áreas de cultivo con caña de azúcar, y en este voraz apetito no respetaron ni los cementerios de antepasados peruanos. Muchas huacas de pequeño y mediano tamaño fueron eliminadas de la faz  de Pomalca. Los hacendados habían contratado a la Compañía CIPA, quienes con grandes maquinarias a vapor realizaban esta devastadora tarea, dejando tirados huesos, huacos y chaquiras regados  en estos campos.
Cerca a Casa de Madera al lado derecho  frente al cerro “el diablo” existía una huaca de mediano tamaño que  ofreció gran resistencia a esta barbarie. Nos relata don Guadalupe  que inexplicablemente las máquinas en esta huaca se rendían, los cables de acero se rompían, los lampones se quebraban y cualquier otro desperfecto le sucedía a las máquinas. Así estuvieron una semana y la huaca se resistía a ser eliminada. Como estas máquinas no terminaban la tarea se quedaban en el campo y en la noche enviaban a un guardián para que las cuide. Fue su compadre de don Guadalupe quien descubrió la noche anterior el misterio de esta huaca a su resistencia a la destrucción. Mientras dormía a un costado de la máquina niveladora, lo despertó el agudo sonido de una campana que lo hizo levantarse para observar de donde procedía este fino  sonido. De pronto un gran rayo de luz  se levantó del centro de la huaca y se elevó hacia el cielo, y tras el rayo  se elevaba también una gran campana dorada que  abandonaba  la huaca como despidiéndose de su largo entierro para dirigirse en dirección hacia La Calera.
Al amanecer el día siguiente, las máquinas sin ninguna dificultad y en forma rápida desaparecieron esta huaca.

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