Cuentan los antiguos habitantes de Saltur y La Punta que en las noches de luna nueva, cuando la noche es intensamente oscura escuchan bajar del cerro a toda carrera una carreta que se alumbra con un candil. El ruido de sus maderas y el trote del caballo ponen en estado tensión a quienes escuchan a esta misteriosa carreta que maniobrando ágilmente las curvas evita las grandes piedras. Cuando ya está cerca al pueblo detiene su misteriosa carreta en un lugar bien ubicado desde donde vigila por unos instantes todo el pueblo, luego baja y continúa su inspección. Este fantasmal personaje luce su impecable ropa blanca así como un gran sombrero, luego de dar unas vueltas alrededor de su carreta vuelve a subir y retorna hacia el cerro. Los que lo han visto de cerca dicen que al estar ya en la parte alta, pega un estremecedor grito y el cerro muy obediente a su orden se abre para dar ingreso a su veloz caballo tirando su carreta.
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