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sábado, 18 de diciembre de 2010

EL MACANCHE DE LA LAGUNA DE LA HUACA ZARPAN

Era una soleada mañana la que animó a Pedro a salir de pesca a la pequeña laguna de la huaca Zarpán. Cuando bajaba de la Huaca de Collud donde tenía su casa, para dirigirse a Zarpán, un zorro se le cruzó en el camino de derecha a izquierda, él se alegró mucho porque sus abuelos le habían dicho que cuando eso le sucedía a una persona le iba a traer muy buena suerte. Al llegar a la pequeña laguna, desde la orilla lanzó su red y la recogió con gran número de peces entre mojarras y lifes, siguió rodeando la pequeña laguna y siguió pescando gran cantidad, tanto pescó, que no tuvo necesidad de ingresar al agua, tomó su bolsa llena de su peces y se dirigió de regreso a su casa de Collud. Cuando estaba pasando por la pampa de futbol, sus vecinos lo vieron llegar con su buena pesca y les dio envidia y corrieron a sus casas por sus redes para dirigirse también a la pequeña laguna de Zarpán. Cuando el grupo de pescadores bajaban de la huaca para dirigirse a la pequeña laguna de Zarpán, había ya trascurrido aproximadamente una hora y el zorro ya estaba de regreso por lo que los cruzó en el camino de izquierda a derecha, los pescadores que conocían también de esta antigua creencia empezaron a sentir pesimismo por la pesca, pero aún así llegaron a la pequeña laguna, lanzaron sus redes y no pescaban ni un pez, al verse competir entre ellos, ingresaron al agua y desde el interior continuaron tirando sus redes, ya habían pasado varios minutos y nadie había pescado un solo pez, entonces empezaron a maldecir a la laguna, de pronto escucharon un gran ruido en el agua como si algo hubiera caído desde lo alto, miraron hacia un viejo algarrobo que estaba en la orilla y pensaron que desde allí cayó algo, asustados todos empezaron a salir del agua mientras Tomás volvió a lanzar su red desafiando a la laguna para darle al menos un pez y también lanzó insultos a sus compañeros por cobardes, luego empezó a jalar su red y sintió que estaba pesada y empezaba también a jalarlo a él hacia el agua, primero se alegró, pero luego se asustó y empezó a retirarse a la orilla, mientras desenredaba la soga de la red para alejarse un poco de su misteriosa pesca, ya desde afuera se animó a enredar su soga y acercar su red, como estaba tan pesada pidió ayuda de sus compañeros, en un momento se puso tan pesada que pensaron que se había enredado en un tronco pero nadie se atrevía a entrar a la laguna, soltaron por un momento la red y esta empezó a regresar al centro de la laguna, nuevamente cogieron la soga y le dieron un tirón tan fuerte que la atarraya salió a la orilla arrastrando a un descomunal macanche que prendido de los dientes había cerrado la red y no les permitía atrapar ni un solo pez. Con la piel erizada por el enorme susto, todos los pescadores retrocedieron dejando la red y sin poder hacer nada vieron como esta nuevamente se sumergía en el fondo de la laguna. Este Macanche era el guardián de esta pequeña laguna desde épocas muy antiguas daba a quien quería de sus peces y se los negaba a quienes llegaban con ambición. A partir de esa fecha ya nadie va solo a pescar, ni mucho menos ingresa a esta pequeña laguna.

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