EL CUCHIMILCO
EMBRUJADO
Relato: Juan S.
Ya en mi casa y por la
tarde, después de haber olvidado mi poca suerte en la huaca, me sentía bastante
animado y capaz de hacer cualquier cosa extraordinaria, me parecía haber entrado
en un estado de éxtasis. Asimismo presentía que el día siguiente la huaca podía
cambiarme la suerte para siempre.
Por la noche, tan pronto fui
a mi cama, un profundo sueño me sobrevino, y en ella, la misma figura del
cuchimilco con la que había danzado con los brazos en alto, ahora ella misma hecha
espíritu se me presentó para agradecerme
por haberlo liberado de los mil años de entierro y por haberlo levantado en lo
alto como un reconocimiento y señal de triunfo. Luego el espíritu del
cuchimilco me condujo entre unos vichayos y luego bajamos
por unas escaleras a través de un túnel al fondo de la huaca, y señalándome un
lugar resplandeciente me dijo:
Todo esto será tuyo. Yo
me quedé sin aliento al ver la fabulosa cantidad de joyas de oro que había en
ese entierro y daba por seguro que el cuchimilco me lo entregaría. Sin embargo el
espíritu me volvió a hablar: Solo tienes que nombrarme a un ser querido que
tengas, él tendrá que ocupar mi lugar en espíritu que dejo
aquí en la profundidad de la huaca. ¡No
es mucho lo que te pido! .Yo no esperaba
semejante propuesta y de inmediato empecé
a vociferar y a lanzarle maldiciones al fantasma del cuchimilco que de
inmediato desapareció, y el sueño también se me quitó.
Al día siguiente
cuando volví a la huaca, reconocí el lugar que el fantasma del cuchimilco me
había mostrado en mi sueño, pero decidí ir a huaquear a otro lugar para no
verme obligado a pactar la entrega de un ser querido
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