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miércoles, 16 de octubre de 2013

BILLETES DE LA HACIENDA POMALCA







La emisión exclusiva del billete peruano por parte el estado se inicia con la creación del Banco de Reserva del Perú el año 1922. Antes de esta fecha fueron los bancos privados y las grandes compañías las únicas autorizadas mediante ley a emitir billetes de circulación regional y nacional,  sin embargo en las haciendas azucareras y las mineras, donde exista una gran población cautiva, también se emitieron ciertos “Billetes - vales” de circulación interna y de uso “ no obligatorio” entre sus obreros. Este es el caso de las haciendas azucareras norteñas de Pomalca, Casa Grande y Laredo.
 En nuestro caso, los “billetes – vale” de 5 y 10 centavos (en la portada) se encuentran en el Museo del Banco de Crédito y el Banco Central de reserva del Perú. No  sabemos si existieron otros valores mayores, como es el caso de Casa Grande, pero considero por el relato de antiguos trabajadores de la época de la hacienda que no pudo haber valores altos ya que los jornales se  pagaban en forma semanal y el valor de una jornada diaria era menor a un sol. Don Martín Olivos Rodríguez recuerda que aproximadamente hasta el año 1933 aún se pagaban con estos pequeños “Billetes - Vales” y los obreros solo podían comprar en los tambos de la hacienda, así como pagar su entrada al cine de Pomalca. En Chiclayo este “Billete .Vale”  no era aceptado.
 Estas emisiones de “Billete - Vale” no tenían autorización legal alguna por parte del estado, por ello no están expresados en el Billete - vale, sin embargo estos fueron elaborados con alta calidad y litografiados por la misma editora que elaboraba los billetes del Banco de Reserva del Perú. A estos, además les fueron aplicados sellos de agua de la hacienda, seriados y firmados por el administrador de la época el sr, Gerardo Klinger.
Cabe mencionar que estos Billetes – vale de 5 y 10 centavos, a pesar de la inscripción en el reverso “La aceptación de este vale es completamente voluntaria” , los obreros estaban obligados a recibirlos, así como también a gastarlos dentro de la hacienda y en la mayoría de casos en estos tambos solo se expendían víveres, coca, tabaco y aguardiente

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