Desde el lejano Oriente del Japón, el 27 de febrero de 1899, partieron el primer contingente de obreros que tenían como destino las haciendas peruanas, entre ellas Pomalca, 790 personas de Yokohama abordaron el barco “Sakura Maru”. Casi todos ellos tenían entre 20 a 30 años de edad, física y psicológicamente bien dispuestos y calificados para realizar trabajos, sobre todo de agricultura.
El barco Sakura Maru, después de 36 días llegó al Callao y de allí partió al puerto de Eten desembarcando a 100 obreros para las Haciendas de Pomalca y Cayalti de propiedad de los señores Gutiérrez la Torre y Aspillada respectivamente
En el Japón, las compañías de inmigración autorizadas publicaron anuncios en los periódicos de las diversas prefecturas del Japón en los cuales se ofrecían salarios de 1 yen y 20 sen al día, pero que podía incrementarse si se laboraba bajo el sistema de tarea, se informaba también que las haciendas donde los emigrantes irían a realizar labores de agricultura, se ubicaban en el área de los desiertos de la costa y que el clima era siempre bueno, ni excesivo frío ni calor, siendo adecuado para un japonés. También se señalaba la ausencia de enfermedades endémicas, siendo además la zona apropiada para las buenas condiciones de salud. Concluía el anuncio al afirmar que los peruanos dan una cálida bienvenida a los japoneses.
Todo interesado en emigrar debía reunir las siguientes condiciones: tener entre 20 y 45 años, buena salud y rectitud moral. En el contrato figuraba que se trabajaría en las haciendas azucareras durante un período de 4 años; siendo las jornadas de trabajo de 10 horas diarias en el campo y 12 en los ingenios. Se establecía también que el sobre tiempo no debe exceder de 2 horas; y se establecen los domingos y feriados como días de descanso.
Las obligaciones de los hacendados incluían el pago de los gastos de viaje, desde la salida en Japón hasta el lugar de destino en el Perú, y el proporcionar vivienda y ayuda médica.
Además, se establecía que cada trabajador recibiría un juego de ropa de trabajo, un sombrero y un par de zapatos proporcionados por la compañía de emigración.
A Pomalca llegaron 13 obreros procedentes de Niigata y 37 de Yamaguchi
El año 1908 llega otro grupo desde la gran Isla de Shikoku de la prefectura de Kochi, zarparon del puerto Kobe el 31 de Octubre, en el barco Itsukushima Maru que traía 811 trabajadores japoneses para las haciendas del Perú. Arribaron al Puerto del Callao el 10 de Diciembre de ese mismo año. Los de Kochi fueron 22 pioneros, los cuales tuvieron como destino la Hacienda Pomalca, propiedad en ese entonces de la familia de hacendados Gutiérrez Pestana .
Cabe mencionar que los primeros inmigrantes asiáticos fueron solo hombres, algunos de los cuales se comprometieron con mujeres de la localidad, otros lograron una mejor situación económica lo que les permitió llamar a sus esposas o se comprometieron por matrimonio por retrato (shashin kekkon), en el cual los cónyuges sólo se conocían a través de fotografías, el hombre soltero enviaba su fotografía a sus parientes en Japón, y éstos le ayudaban a conseguir esposa. Además, los familiares se encargaban de remitirle fotos de las candidatas a esposas al interesado.
Después de la aprobación de ambas partes, el novio enviaba una carta poder al Japón para casarse. En el matrimonio estaban presentes el representante del novio y los parientes de ambos contrayentes. Posteriormente, el nombre de la esposa se inscribía en el registro familiar (koseki) del esposo para hacer oficial el matrimonio.
Después de realizado el matrimonio, el esposo tenía que asumir los gastos que demandaría el viaje al Perú de su esposa. Generalmente ocurría que el esposo después de ahorrar por muchos años era al fin capaz de desembolsar la cantidad de dinero requerida para traer a una esposa de Japón, por lo que en mucho de los casos los migrantes eran hombres maduros, en cambio las novias eran mujeres jóvenes.
¿Pero por qué las mujeres japonesas aceptaban casarse con hombres mucho mayores que ellas? Muchos migrantes enviaban fotos tomadas en sus años de juventud, o se mandaba la fotografía de un amigo mejor parecido que el solicitante. A veces sucedía que la esposa, al conocer a su esposo, desistía de cumplir con el acuerdo matrimonial, pero en la mayoría de ocasiones la mujer respetaba la unión.
Una de las actividades de estos japoneses imitada por mucho tiempo acá en Pomalca fue el pandero, éste consistía en aportes de dinero fijo por parte de un grupo de participantes que eran entregadas, por turno, a cada integrante. El organizador tenía el número cero, y era quien se beneficiaba por única vez sin aportar dinero, pero tenía la responsabilidad de entregarles a todos su dinero según su número.
Entre los últimos japoneses que vivieron acá se recuerda a los señores Kamimura y el señor Uyeke quienes se dedicaron a la peluquería brindando sus servicios a la familia de la Piedra así como a toda la población.
Fuente: ASOCIACIÓN PERUANO JAPONESA.
EtniciTomo2
Etnicidad y Discriminación Racial en la Historia del Perú
En el país de las colinas de arena FERNANDO DE TRAZEGNIES
El barco Sakura Maru, después de 36 días llegó al Callao y de allí partió al puerto de Eten desembarcando a 100 obreros para las Haciendas de Pomalca y Cayalti de propiedad de los señores Gutiérrez la Torre y Aspillada respectivamente
En el Japón, las compañías de inmigración autorizadas publicaron anuncios en los periódicos de las diversas prefecturas del Japón en los cuales se ofrecían salarios de 1 yen y 20 sen al día, pero que podía incrementarse si se laboraba bajo el sistema de tarea, se informaba también que las haciendas donde los emigrantes irían a realizar labores de agricultura, se ubicaban en el área de los desiertos de la costa y que el clima era siempre bueno, ni excesivo frío ni calor, siendo adecuado para un japonés. También se señalaba la ausencia de enfermedades endémicas, siendo además la zona apropiada para las buenas condiciones de salud. Concluía el anuncio al afirmar que los peruanos dan una cálida bienvenida a los japoneses.
Todo interesado en emigrar debía reunir las siguientes condiciones: tener entre 20 y 45 años, buena salud y rectitud moral. En el contrato figuraba que se trabajaría en las haciendas azucareras durante un período de 4 años; siendo las jornadas de trabajo de 10 horas diarias en el campo y 12 en los ingenios. Se establecía también que el sobre tiempo no debe exceder de 2 horas; y se establecen los domingos y feriados como días de descanso.
Las obligaciones de los hacendados incluían el pago de los gastos de viaje, desde la salida en Japón hasta el lugar de destino en el Perú, y el proporcionar vivienda y ayuda médica.
Además, se establecía que cada trabajador recibiría un juego de ropa de trabajo, un sombrero y un par de zapatos proporcionados por la compañía de emigración.
A Pomalca llegaron 13 obreros procedentes de Niigata y 37 de Yamaguchi
El año 1908 llega otro grupo desde la gran Isla de Shikoku de la prefectura de Kochi, zarparon del puerto Kobe el 31 de Octubre, en el barco Itsukushima Maru que traía 811 trabajadores japoneses para las haciendas del Perú. Arribaron al Puerto del Callao el 10 de Diciembre de ese mismo año. Los de Kochi fueron 22 pioneros, los cuales tuvieron como destino la Hacienda Pomalca, propiedad en ese entonces de la familia de hacendados Gutiérrez Pestana .
Cabe mencionar que los primeros inmigrantes asiáticos fueron solo hombres, algunos de los cuales se comprometieron con mujeres de la localidad, otros lograron una mejor situación económica lo que les permitió llamar a sus esposas o se comprometieron por matrimonio por retrato (shashin kekkon), en el cual los cónyuges sólo se conocían a través de fotografías, el hombre soltero enviaba su fotografía a sus parientes en Japón, y éstos le ayudaban a conseguir esposa. Además, los familiares se encargaban de remitirle fotos de las candidatas a esposas al interesado.
Después de la aprobación de ambas partes, el novio enviaba una carta poder al Japón para casarse. En el matrimonio estaban presentes el representante del novio y los parientes de ambos contrayentes. Posteriormente, el nombre de la esposa se inscribía en el registro familiar (koseki) del esposo para hacer oficial el matrimonio.
Después de realizado el matrimonio, el esposo tenía que asumir los gastos que demandaría el viaje al Perú de su esposa. Generalmente ocurría que el esposo después de ahorrar por muchos años era al fin capaz de desembolsar la cantidad de dinero requerida para traer a una esposa de Japón, por lo que en mucho de los casos los migrantes eran hombres maduros, en cambio las novias eran mujeres jóvenes.
¿Pero por qué las mujeres japonesas aceptaban casarse con hombres mucho mayores que ellas? Muchos migrantes enviaban fotos tomadas en sus años de juventud, o se mandaba la fotografía de un amigo mejor parecido que el solicitante. A veces sucedía que la esposa, al conocer a su esposo, desistía de cumplir con el acuerdo matrimonial, pero en la mayoría de ocasiones la mujer respetaba la unión.
Una de las actividades de estos japoneses imitada por mucho tiempo acá en Pomalca fue el pandero, éste consistía en aportes de dinero fijo por parte de un grupo de participantes que eran entregadas, por turno, a cada integrante. El organizador tenía el número cero, y era quien se beneficiaba por única vez sin aportar dinero, pero tenía la responsabilidad de entregarles a todos su dinero según su número.
Entre los últimos japoneses que vivieron acá se recuerda a los señores Kamimura y el señor Uyeke quienes se dedicaron a la peluquería brindando sus servicios a la familia de la Piedra así como a toda la población.
Fuente: ASOCIACIÓN PERUANO JAPONESA.
EtniciTomo2
Etnicidad y Discriminación Racial en la Historia del Perú
En el país de las colinas de arena FERNANDO DE TRAZEGNIES
Buena reseña histórica, que ria corregir los apellidos de los dos japoneses es el señor Kawamura y el señor Tsunetaro Uyeki o Pedro Uyeki de profesión peluquero originario de la prefectrura de Fukuoka, fue mi tio bisabuelo.
ResponderEliminaratte.
Ing. Ricardo Ueki.