Una de las fiestas más tradicionales de nuestro distrito se celebra en el Centro Poblado de Ventarrón. Nos relata don Oscar Míñope que en el año 1936 un grupo de chotanos conformado por los señores: Carranza, los hermanos Vásquez, Vitelio Medina y Francisco Pérez; todos ellos cortadores de caña, se acercaron a sus jefes: Don Juan Frías, sub administrador; David Sánchez, jefe de cosecha; Francisco Segura, mayordomo; Vigil, apuntador y al caporal Leandro Sandoval para pedirles que sean los intermediarios ante los señores patrones De La Piedra para permitirles organizar una fiesta religiosa; su fe católica y la costumbre de su pueblo de Chota les obligaba la adoración de una Cruz y aquí en Pomalca no la tenían, su petición fue aceptada por el patrón quien además les ofreció su ayuda, estos señores chotanos muy contentos con la respuesta, machete en mano se dirigieron al cerro Boró a buscar el algarrobo más apropiado, cortaron sus ramas y después de tallarla la trajeron a Pomalca para decidir el lugar donde la colocarían; la primera propuesta fue, llevarla al cerro “Las dos Tetas”, pero por ser de fácil acceso lo descartaron, pensaron en Collús, lugar que también desestimaron por ser huaca y finalmente acordaron llevarla al cerro Ventarrón, este cerro reunía los requisitos, era el mas alto, tenía mayor dificultad para subirla y este condición era necesaria por demandar mayor sacrificio de todos los penitentes y devotos de la Cruz; coordinaron con el mayordomo Sebastián Zeña, el caporal José Montaño, la familia Urcia Delgado, Esquives, Castillo Flores, Incio y otros pobladores.
El tercer domingo de Julio terminaron de dar el acabado final a la Cruz, la vistieron de papeles de colores, la bendijeron y luego la trasladaron a la casa del señor Medina que vivía en la curva de los Silva donde permaneció hasta el 27 de julio, ese mismo día a las 6 de la tarde en procesión y con la animación de la banda de músicos compuesta de quenas y tambores que los mismos chotanos la conformaban, se dirigieron a la casa hacienda a pedido de los patrones, los hermanos De la Piedra salieron con su familias e hicieron la venia y después de hacerle un rezo y de quemar algunos cohetes fue conducida a la calle San Vicente (hoy 24 de Junio) donde se le preparó una poza, ese día el suelo de las calles lucían de color oscuro y de olor a melaza, el suelo aún pegajoso dificultaba el pase de los devotos. El día 29 el patrón ofreció la Pachamanca que consistía en un almuerzo de carnero, el cual asentaron con chicha y cañazo , la chicha que era la bebida preferida de los piuranos y el cañazo para los serranos de Cajamarca. El día 30 a las 9 de la mañana nuevamente con el acompañamiento de quenas y tambores, la Cruz fue trasladada al antiguo templo ubicado a un costado de la casa hacienda, donde actualmente vive la familia Rodríguez Paredes, terminada la misa a las 11 de la mañana, la Cruz, en hombros de sus devotos y una multitud de gente se embarcaron en el ferrocarril rumbo a Ventarrón donde permaneció en su poza hasta el tercer domingo de agosto, día que los devotos de Pomalca llegaron nuevamente junto a la banda chotana para llevar la Cruz hasta la parte mas alta del cerro y allí quedó hasta el año siguiente.
En los primeros años su popularidad de esta fiesta religiosa fue creciendo y el ferrocarril en estas fechas se convirtió en el vehículo de la alegría, 15 coches llenos de hombres, mujeres y niños abandonaban Pomalca para dirigirse en masa a la fiesta de la Cruz de Ventarrón, también conocida como la Cruz de Chota, porque ya como se dijo, ellos la iniciaron. A las 12 del medio día, la gente de Ventarrón se preparaba para recibir a la multitud de pomalqueños que con gran fervor religioso , “mucha sed” y ganas de bailar llegaban; los porrones de chicha rebozaban, así como también los ollas con los cabritos y la banda de músicos esperaban a todos los visitantes, eso si, llegada las 5 de la tarde, el tren anunciaba con el sonar de su pito que la fiesta había terminado y todos tenían que abordar los coches para el retorno a Pomalca, pero como siempre no falta, algunas familias que deseaban continuarla, tenían que anticipadamente descarrilar un coche del convoy del ferrocarril para retornar a la hora que desearan, previamente tenían que haberse asegurado de llevar una bestia que haría el papel de “locomotora” para su retorno.
Esta fiesta quizás fue una de las primeras y las mas grandes de integración y de mestizaje interno que tuvo la hacienda, ya que los organizadores fueron gente serrana, a la que con cariño les decían los paisanos y que por la Cruz se integraron a los de Ventarrón que en su mayoría era la gente chola. Cupido no faltó esta gran fiesta tradicional y logró unir a muchas parejas de distintos grupos étnicos contribuyendo de esta manera a este mestizaje del que pocos pueblos como Pomalca lo tienen.
En este mes de julio, mes de la tradicional fiesta de la Cruz, todo el distrito de Pomalca celebra por Ventarrón su nuevo y gran potencial turístico que le da su templo de barro más antiguo de América, motivo por el cual hacemos un ¡Salud! en un poto de chicha por Ventarrón, por Pomalca y toda nuestra región.
El tercer domingo de Julio terminaron de dar el acabado final a la Cruz, la vistieron de papeles de colores, la bendijeron y luego la trasladaron a la casa del señor Medina que vivía en la curva de los Silva donde permaneció hasta el 27 de julio, ese mismo día a las 6 de la tarde en procesión y con la animación de la banda de músicos compuesta de quenas y tambores que los mismos chotanos la conformaban, se dirigieron a la casa hacienda a pedido de los patrones, los hermanos De la Piedra salieron con su familias e hicieron la venia y después de hacerle un rezo y de quemar algunos cohetes fue conducida a la calle San Vicente (hoy 24 de Junio) donde se le preparó una poza, ese día el suelo de las calles lucían de color oscuro y de olor a melaza, el suelo aún pegajoso dificultaba el pase de los devotos. El día 29 el patrón ofreció la Pachamanca que consistía en un almuerzo de carnero, el cual asentaron con chicha y cañazo , la chicha que era la bebida preferida de los piuranos y el cañazo para los serranos de Cajamarca. El día 30 a las 9 de la mañana nuevamente con el acompañamiento de quenas y tambores, la Cruz fue trasladada al antiguo templo ubicado a un costado de la casa hacienda, donde actualmente vive la familia Rodríguez Paredes, terminada la misa a las 11 de la mañana, la Cruz, en hombros de sus devotos y una multitud de gente se embarcaron en el ferrocarril rumbo a Ventarrón donde permaneció en su poza hasta el tercer domingo de agosto, día que los devotos de Pomalca llegaron nuevamente junto a la banda chotana para llevar la Cruz hasta la parte mas alta del cerro y allí quedó hasta el año siguiente.
En los primeros años su popularidad de esta fiesta religiosa fue creciendo y el ferrocarril en estas fechas se convirtió en el vehículo de la alegría, 15 coches llenos de hombres, mujeres y niños abandonaban Pomalca para dirigirse en masa a la fiesta de la Cruz de Ventarrón, también conocida como la Cruz de Chota, porque ya como se dijo, ellos la iniciaron. A las 12 del medio día, la gente de Ventarrón se preparaba para recibir a la multitud de pomalqueños que con gran fervor religioso , “mucha sed” y ganas de bailar llegaban; los porrones de chicha rebozaban, así como también los ollas con los cabritos y la banda de músicos esperaban a todos los visitantes, eso si, llegada las 5 de la tarde, el tren anunciaba con el sonar de su pito que la fiesta había terminado y todos tenían que abordar los coches para el retorno a Pomalca, pero como siempre no falta, algunas familias que deseaban continuarla, tenían que anticipadamente descarrilar un coche del convoy del ferrocarril para retornar a la hora que desearan, previamente tenían que haberse asegurado de llevar una bestia que haría el papel de “locomotora” para su retorno.
Esta fiesta quizás fue una de las primeras y las mas grandes de integración y de mestizaje interno que tuvo la hacienda, ya que los organizadores fueron gente serrana, a la que con cariño les decían los paisanos y que por la Cruz se integraron a los de Ventarrón que en su mayoría era la gente chola. Cupido no faltó esta gran fiesta tradicional y logró unir a muchas parejas de distintos grupos étnicos contribuyendo de esta manera a este mestizaje del que pocos pueblos como Pomalca lo tienen.
En este mes de julio, mes de la tradicional fiesta de la Cruz, todo el distrito de Pomalca celebra por Ventarrón su nuevo y gran potencial turístico que le da su templo de barro más antiguo de América, motivo por el cual hacemos un ¡Salud! en un poto de chicha por Ventarrón, por Pomalca y toda nuestra región.
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