Cuando el presidente Ramón Castilla abolió la esclavitud el año 1854 las haciendas ven perjudicados sus intereses económicos por la pérdida de sus esclavos, en esos momentos, en el Perú había una gran necesidad de trabajadores para la agricultura y otras áreas de la economía nacional y presionan al presidente para la dación de una ley que promueva la inmigración de trabajadores asiáticos.
El gobierno promulgó la ley el año 1849 estableciendo premios económicos a los inversionistas que traigan chinos "culíes" al Perú. Un grupo de inversionistas extranjeros y peruanos se dedicaron a este gran tráfico humano logrando entre los años 1847 y 1879 traer al Perú 100 mil chinos culíes. La justificación para la llegada a nuestro país de estos obreros, era la mano de obra barata.
Muchos de estos chinos llegan a trabajar a Pomalca, en condiciones muy duras. Prácticamente fueron semiesclavos mientras duraba su contrato, al llegar al Callao eran prácticamente vendidos, pues los chineros subastaban sus contratos a los hacendados u otras personas que necesiten de sus servicios, el chino no podía negarse, pues el ya había aceptado las condiciones al firmar su contrato en Macao que era el puerto chino desde donde partían. La obligación del culí en el contrato indicaba que debería trabajar durante ocho años para un amo o patrón y a continuación quedaba libre si es que no aceptaba recontratarse. Mientras duraban esos ocho años obligatorios, el patrón podía transferirlo a otro amo. Al término del contrato muchos chinos se dedicaron a otras actividades como peluqueros, bodegueros y cocineros Estos inmigrantes culíes que llegaron al Perú, no eran hombres cultos, sino que se trataba de campesinos muy pobres con un nivel cultural muy bajo y que salían de su país por no encontrar un buen nivel de vida. Pensaban que en otros países podrían encontrar el bienestar que tanto buscaban.
Nos relata don Santiago Delgado Fernández de Saltur que antiguos trabajadores de la hacienda le contaban que estos chinos, en las faenas de campo eran muy unidos y eran los que mas trabajaban, pero por obligación por que eran casi esclavos, su contrato así lo obligaba, mientras el resto de jornaleros regresaban a sus casas habiendo ya terminado sus tareas, ellos continuaban casi hasta el anochecer, es así que llevaban sus ollas para cocinar en el campo, la costumbre que mas impresionaba de ellos era a la hora de preparar sus alimentos, jamás preparaban sus alimentos con agua depositada, ya sea de noria o de alguna acequia a la que se le había puesto tapa, el agua tenía que estar corriendo, eran capaces de caminar largas distancias con tal de conseguir su
Aquí en Pomalca debieron de vivir en comunidad posiblemente cerca del actual centro poblado “El Chorro” antes llamado la “Huaca de los Chinos”, conocido así desde tiempos antiguos seguramente porque cerca de este lugar vivieron y donde también se enterraron, Otro grupo de estos inmigrantes fueron enterrados en el antiguo cementerio ubicado al lado derecho de la carretera que conduce a Tumán a la altura de la huaca San Juan, en este lugar se pueden encontrar fragmentaría de loza china regada entre los cuarteles de caña, producto de la actividad de maquinaria agrícola y la ampliación de áreas de cultivo que fueron poco a poco eliminando este antiguo cementerio. Gran parte de estos chinos ya no regresaron a su tierra, formaron familia con mujeres de la localidad, descendencia que podemos encontrar en muchos pomalqueños entre ellos al señor Antonio Che propietario del Tambo de la hacienda así como responsable de la comida para los cortadores de caña, así también a los chinos que adoptaron el apellido Baca que se dedicaron a la panadería y al chino Polo obrero de fábrica.FUENTE::Hijos del Celeste Imperio en el Perú Y Herederos del Dragón Los trabajadores chinos culies en el Perú. La rebelión de los rostros pintados Chinos culíes: Autor: Humberto. Rodríguez Pastor
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