LA GRAN CHIMENEA DE POMALCA
Elmer Fernández Gastelo
Después de 117 años de dominar el paisaje
entre cañaverales, bosques, dunas, huacas, cerros y la propia población
pomalqueña que lo erigió, la imponente chimenea de ladrillo hoy va perdiendo
altura y pronto solo quedará el recuerdo de este gran símbolo industrial de
Pomalca.
Esta
gran obra de ingeniería se erigió en el año 1908 cuando este ingenio azucarero
era propiedad de la familia Gutiérrez Pestana, quienes continuaron equipando la
llamada “Nueva fábrica de Pomalca”. Según información que nos proporcionó don
Segundo Gaspar Fernández Araujo en las ocasiones que le tocó dar mantenimiento
a esta, observó que en la parte alta de esta existía una placa de metal con la
inscripción Año 1908.
Esta vetusta
chimenea de unos 30 metros de altura ya había dejado de cumplir su función allá
por el año 1975, a través de esta se expulsaba el humo y las cenizas de bagazo producidas
en el proceso de elaboración del azúcar. Para poder cumplir su función, tres
grandes ventiladores impulsaban los humos hasta la cima de la chimenea para
que esta pudiera expandir lo más alto y lejos posible.
Su inactividad, riesgo
de derrumbe y la necesidad de ampliar las instalaciones circundantes en el área
de fábrica han obligado a su desmontaje y así culminar su largo periodo como
símbolo industrial, así como también de guía de ubicación de muchos obreros de
campo que en medio de los cañaverales alguna vez estuvieron desorientados.